14° domingo después de Pentecostés
Les digo que así también hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte.
Lucas 15:10
Así como el pastor se alegra al encontrar su oveja perdida y compartir su gozo, nuestro buen Dios se regocija en su infinita misericordia cuando nos reconocemos pecadores y, arrepentidos, acudimos a sus brazos.
No importa cuán perdidos estemos en nuestros pecados, permitamos que el inmenso amor de nuestro Padre nos encuentre.
Silvana Nagel