12° domingo después de Pentecostés, 20° en el año

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.

Juan 6,54

¡Qué promesa superlativa encierra este texto, nada menos que de vida eterna!

Cuando se celebra la Santa Cena en nuestros cultos, no siempre tenemos el espíritu dispuesto para abarcarla en toda su plenitud.

Personalmente he podido profundizar la Comunión en momentos de alegría o de gran tristeza. Por supuesto, siempre están presentes el respeto y el gozo de participar de la mesa del Señor, pero uno anhela experimentar ese sentimiento de que Dios está en medio nuestro.

Señor, tú que siempre nos invitas a compartirte a pesar de nuestras dudas, de nuestros errores, ayúdanos a presentarnos ante Ti en paz con nuestros hermanos y con la creación toda.

Toma mi mano, hermano, Cristo resucitó; ven conmigo a la mesa que nos ofrece Dios. Toma mi mano hermana, Cristo resucitó. (Canto y Fe Nº 124)

María Teresa Rolón

Salmo 34,9-14; Proverbios 9,1-6; Efesios 5,15-20; Juan 6,51-58 Agenda Evangélica: Salmo 145,1-2.14.17-21; 2 Samuel 12,1-10.13-15a; Efesios 2,4-10 (P); Lucas 18,9-14

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