Isaías 12, 1-6
Cuando llegue ese día, dirás:
«A ti, Señor, cantaré; aunque te enojaste contra mí, tu indignación cesó y me has dado consuelo. 2 ¡Vean a Dios, mi salvador! Puedo estar confiado y sin temor alguno, porque el Señor es mi fortaleza y mi canción; ¡él es mi salvador!»
3 Y con gran gozo sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.
4 Cuando llegue ese día, dirán ustedes:
«¡Alaben al Señor! ¡Aclamen su nombre!
¡Alaben sus acciones entre los pueblos!
¡Recuerden que su nombre es incomparable!
5 ¡Canten salmos al Señor,
porque sus obras son magníficas!
¡Que toda la tierra lo sepa!
6 Tú, que habitas en Sión,
¡canta y regocíjate, que en medio de ti
grande es el Santo de Israel!»
Sofonías 3, 14-20
¡Canta, hija de Sión!
¡Da voces de júbilo, Israel!
¡Regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén!
15 ¡El Señor ha apartado tus juicios,
y ha expulsado a tus enemigos!
¡El Señor es el Rey de Israel,
y está en medio de ti!
¡Nunca más verás el mal!
16 Cuando llegue el momento, se dirá a Jerusalén: «No temas, Sión; que no se debiliten tus manos. 17 El Señor está en medio de ti, y te salvará con su poder; por ti se regocijará y se alegrará; por amor guardará silencio, y con cánticos se regocijará por ti.»
18 «Yo reuniré a tus habitantes, a los que por tanto tiempo han tenido que cargar con tu oprobio. 19 Cuando llegue el momento, perseguiré a todos tus opresores; salvaré a las ovejas que cojean e iré en busca de las que perdieron el camino. Yo haré que ustedes sean motivo de alabanza, y que gocen de renombre en toda la tierra.
20 »Cuando llegue el momento, yo mismo los haré venir. Cuando llegue el momento yo mismo los reuniré. Cuando ponga fin a su cautiverio, lo cual ustedes mismos verán, los haré gozar de renombre y haré que sean motivo de alabanza entre todos los pueblos de la tierra.»
—Palabra del Señor.
Filipenses 4, 4-7
4 Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! 5 Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, 7 Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Lucas 3, 7-18
7 A las multitudes que acudían para ser bautizadas, Juan les decía: «¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? 8 Produzcan frutos dignos de arrepentimiento, y no comiencen a decirse: “Tenemos a Abrahán por padre”, porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abrahán. 9 El hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego.»
10 La gente le preguntaba: «Entonces, ¿qué debemos hacer?» 11 Y Juan les respondía: «El que tenga dos túnicas, comparta una con el que no tiene ninguna, y el que tenga comida, haga lo mismo.» 12 También unos cobradores de impuestos llegaron para ser bautizados, y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?» 13 Él les dijo: «No cobren más de lo que deban cobrar.» 14 Unos soldados también le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?» Y Juan les respondió: «No extorsionen ni calumnien a nadie, y confórmense con su salario.»
15 Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo, 16 Juan les dijo a todos: «A decir verdad, yo los bautizo en agua, pero después de mí viene uno que es más poderoso que yo, y de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17 Ya tiene el bieldo en la mano, de modo que limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»
18 Con exhortaciones como éstas, y con muchas otras, anunciaba al pueblo estas buenas noticias.
Agenda Evangélica: Salmo 85,2-8; Isaías 40,1-11; 1 Corintios 4,1-5; Lucas 1,67-79; Romanos 15,4-13 (P)