Pascua de Resurrección
¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? Lucas 24,5
Encontramos en el relato de los evangelios muchos detalles sobre el proceso que llevó a Jesús a la cruz. Luego de la tumba vacía surge la gran duda acerca de cómo se hace presente Jesús, ahora como resucitado. A los cristianos se los acusó de fantasiosos. Es un imposible que alguien materialmente esté muerto, puesto en la tumba, y luego se lo mencione como que está vivo.
El misterio de la resurrección se entiende mucho menos, aún hoy, si se intenta analizar con la ciencia médica o con criterios científicos. La ciencia, que a través del razonamiento busca explicar todo, más bien nos aleja del conocimiento de lo que ocurrió en la resurrección.
Sin embargo, hay otro plano de conocimiento que nos ayuda a saber cómo es posible que el muerto esté vivo. Por la fe reconocemos la realidad de la dimensión del Espíritu de Dios que actúa y rescata/resucita de la muerte al Hijo. Especialmente en este Domingo de Pascua estamos invitados a abrir nuestro espíritu, afirmar la fe y permitir que el Resucitado camine a nuestro lado. Él ya no pertenece al mundo de lo perecedero, a nuestro mundo frágil, decadente y materialista. En cambio, representa lo nuevo, lo permanente.
¿Cómo saber que el Resucitado está en medio de nuestra vida? Sigamos la enseñanza y el ejemplo de Jesús que vivía y practicaba el amor. Allí donde se practica el amor al prójimo, donde se pasa de las palabras a la acción, ahí está presente el Resucitado. Hoy cantamos con alegría: ¡Aleluya, Cristo resucitó! Y en su nombre vivimos con nuevas esperanzas. Amén.
Bruno Knoblauch
Salmo 118,1-2, 14-24; Jeremías 31,1-16; Colosenses 3,1-4; Lucas 24,1-12; Juan 20,1-18; Agenda Evangélica: Mateo 28,1–10