Domingo 17 de noviembre


26° domingo después de Pentecostés, 33° en el año

El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse.

Marcos 13,31

La presencia y la acción de Dios en nuestro mundo se deben a su palabra. Dios habló y todo lo que ahora existe comenzó. ¿Cómo podemos saber que Dios actúa de esta manera? El relato del Evangelio de Juan comienza afirmando: “En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios”. Esto significa que la fuerza creadora de todo lo que existe es la palabra eterna. Además, agrega que Cristo Jesús ya existía desde la eternidad y es el eterno.
Nuestro versículo señala que todo, absolutamente todo lo que existe, llegará a su fin, pero la palabra divina permanecerá.
Porque todo lo creado: la tierra, los animales, las plantas, y el ser humano; todo tiene un propósito que se cumplirá. Este propósito, que nosotros, siendo solo seres humanos creados y limitados, podemos comprender cuando aceptamos el amor de Dios.
Dios sostiene todo lo creado y lo impulsa por su amor. En nuestro mundo, existen poderosas fuerzas oscuras que fomentan guerras, conflictos entre pueblos y personas, y un sufrimiento inmenso. Si no estuviera presente la acción del amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro mundo ya se hubiera destruído.
Oremos: Querido Jesús, que eres la palabra eterna, y eres Amor eterno te ruego que llenes mi vida. Te ruego que me fortalezcas en mi vida. Por eso acudo a Ti, que eres la luz y eres todo amor, en mi condición actual. Te presento mis dudas, mis conflictos y angustias. También te doy gracias por las bendiciones que puedo experimentar (agregar aquí: en mi familia, en mi casa, en el momento en que recibí ayuda….y otras peticiones). ¡Gracias porque Tú sostienes mi vida! Amén.

Bruno O. Knoblauch

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