21° domingo después de Pentecostés
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19,10
Este versículo para hoy cierra la historia de Zaqueo, un jefe de recaudadores de impuestos que se convierte después de su encuentro con Jesús. La misión de Jesús se resume en este versículo: buscar y salvar a los perdidos. Esta declaración subraya la inclusividad del mensaje de Jesús y su misión redentora, esencial para la comprensión cristiana de la gracia y la salvación.
Muchos no creyentes (y algunos miembros de iglesia también) piensan que los cristianos somos discriminatorios por no observar las diferentes religiones del mundo y pensar que solo la religión cristiana es la única. En muchos casos, la misión cristiana desde muchas denominaciones se ha cercenado desde hace décadas por este pensamiento moderno. No obstante, es una realidad que Jesús es el Hijo de Dios e invita y sigue invitando a todos a creer en Él, pues el cristianismo no debería ser una religión sino un seguir a Cristo. Todos son incluidos en el llamado a la salvación, y eso es un mensaje de verdadero amor e inclusividad: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
Señor Jesús, tú que viniste a buscar y a salvar lo que se había perdido, ayúdanos a seguir tu ejemplo de amor inclusivo y redentor. Danos la gracia de ser humildes y compasivos, especialmente con aquellos que más lo necesitan. Que nuestra fe en ti nos inspire a amar y servir a nuestro prójimo, compartiendo nuestras bendiciones y reflejando tu amor verdadero. Guíanos para ser instrumentos de tu paz y testigos fieles de tu salvación, recordando siempre que todos somos bienvenidos a aceptar tu Reino. Amén.
Enzo Pellini