7º domingo después de Epifanía, 8° en el año
Sean ustedes compasivos como también su Padre es compasivo.
Lucas 6,36
Cuando miro lo que sucede en el contexto de las iglesias cristianas (en Brasil) ¡quedo asustado! Se produce mucha violencia en nombre de la fe. Es aterrador ver a la iglesia ser instrumentalizada por proyectos políticos de poder y no de servicio. Es vergonzoso ver pastores, en el nombre de Jesús, manipulando y extorsionando a personas en condiciones de sufrimiento, enfermedad y pobreza. Es triste ver a “hermanos y hermanas en la fe” peleándose entre sí en las redes sociales, juzgando y condenando a otros como si tuvieran este mandato de Dios.
Lutero buscó ansiosamente al Dios misericordioso. Hoy, agregaría una pregunta más: ¿dónde encuentro seguidores y seguidoras de Jesucristo movidos por la compasión, por la gracia radical de Jesús, por la misericordia que fluye del evangelio? ¿Testigos de Jesucristo que resisten todas las formas de violencia, que aceptan incondicionalmente como Jesús acogió?
¡Las marcas del rostro de la Iglesia de Jesucristo son misericordia, compasión, amor! ¡La Iglesia de Jesucristo cuida de los débiles! ¡Oye, ora y actúa para superar los dolores en este mundo! Se sabe perdonada y abrazada por Dios, y, por eso mismo, también sabe perdonar y aceptar. ¡De la misericordia de Dios nace una iglesia que marca la diferencia en la vida de las personas y transforma las realidades!
¿Es tu comunidad un espacio seguro, de misericordia, para quienes buscan protección, proximidad, aceptación, aprecio?
Dios misericordioso: gracias por tu cuidado por mí y por los que me rodean. Ayúdame a actuar con misericordia con las personas que viven en la angustia y el dolor. Amén.
Nestor Paulo Friedrich
Salmo 37,1-11.39-40; Génesis 45,3-11.15; 1 Corintios 15,35-38.42-50; Lucas 6,27-38
Agenda Evangélica: Salmo 119,89-92.103-105; Isaías 55,(6-7)8-12a(13-15); Hebreos 4,12-13 (P); Lucas 8,4-8(9-15)
