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Salmo 113
1 Alabad, siervos de Jehová,
alabad el nombre de Jehová.
2 Sea bendito el nombre de Jehová
desde ahora y para siempre.
3 Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
sea alabado el nombre de Jehová.
4 Exaltado es Jehová sobre todas las naciones,
sobre los cielos su gloria.
5 ¿Quién como Jehová nuestro Dios,
que habita en las alturas,
6 que se humilla para mirar
lo que está en los cielos y en la tierra?
7 El levanta del polvo al pobre,
y al menesteroso eleva del muladar,
8 para hacerle sentar con los príncipes,
con los príncipes de su pueblo.
9 El hace que la mujer estéril habite en casa,
como madre gozosa de hijos.
Alabad a Jehová.
Amós 8:4-7
4 Oíd esto, los que tragáis a los pobres,
y a los menesterosos de la tierra consumís,
5 diciendo: ¿Cuándo pasará el mes,
y venderemos el grano,
y el sábado, y abriremos los graneros,
para reducir el epha y aumentar el siclo,
y falsificar la balanza para engañar?
6 Para comprar al pobre por un par de zapatos,
y vender el desecho del trigo.**
7 Jehová juró por la gloria de Jacob:
No olvidaré jamás ninguna de sus obras.
¿No temblará la tierra por esto,
y llorará todo habitante de ella?
Subirá toda ella como el Nilo,
y se revolverá y se hundirá como el río de Egipto.
1 Timoteo 2:1-7
1 Exhorto ante todo a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias
por todos los hombres,
2 por los reyes y por todos los que están en autoridad,
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos,
de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento),
maestro de los gentiles en fe y verdad.
Lucas 16:1-13
1 Dijo también a sus discípulos:
Había un hombre rico que tenía un mayordomo,
el cual fue acusado ante él de malgastar sus bienes.
2 Y le llamó y le dijo:
¿Qué es esto que oigo de ti?
Da cuenta de tu mayordomía,
porque ya no podrás ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dijo para sí:
¿Qué haré, porque mi señor me quita la mayordomía?
Cavar no puedo, y mendigar tengo vergüenza.
4 Ya sé lo que haré, para que cuando se me quite la mayordomía, me reciban en sus casas.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi señor?
6 Y él dijo:
Cien barriles de aceite.
Y le dijo:
Toma tu recibo, siéntate pronto y escribe cincuenta.
7 Después dijo a otro:
¿Y tú, cuánto debes?
Y él dijo:
Cien cargas de trigo.
Y le dijo:
Toma tu recibo y escribe ochenta.
8 Y alabó el señor al mayordomo injusto,
por haber hecho prudentemente;
porque los hijos de este siglo son más prudentes en su trato con los de su generación,
que los hijos de luz.
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas,
para que cuando éstas falten,
os reciban en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel;
y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11 Si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo que es verdadero?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles,
¿quién os dará lo que es vuestro?
13 Ningún siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Agenda Evangélica: Salmo 146; Génesis 28,10-19a(19b-22) (P); Romanos 8,14-17; Lucas 17,11-19