18° domingo después de Pentecostés, 25º en el año
¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? Mas ellos callaron porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
Marcos 9,33 y 34
Trato de imaginar la escena notando cómo nos representa la trama con la actitud de los discípulos; parece algo leído en el diario de hoy…y sí…solemos reaccionar igual que ellos.
El Maestro acababa de hablarles de su próxima muerte, y ellos empezaron a reemplazarlo en sus corazones, y hasta ¡peleaban por el sitio que quedaría vacante! ¡Cuánta soberbia! Cada uno reclamando por llegar a ser quien tomara decisiones, es decir, lisa y llanamente peleaban por un espacio de poder.
El evangelista Marcos los disculpa comentando que no habían entendido al Señor (v.22). Yo no soy tan generosa, y pienso que ayer como hoy, estos discípulos “sintonizaban otro canal”, estaban con otros intereses. Pero les preocupaba en serio un tema tan importante, y por eso discutían.
Pienso que hoy el Señor nos pregunta a nosotros: ¿Por qué pelean y luchan? Entonces los discípulos del siglo XXI, ¿vamos a callar también esperando un evangelista que nos disculpe diciendo que no entendimos al Señor?
También pienso que sus enseñanzas no son complicadas. Simplemente tratemos de ser útiles a la causa del Evangelio, sin egoísmos, confiando en el poderoso Señor que ama y bendice, se queda junto a nosotros (v 35); nos sostiene y alienta. Tal vez nunca lleguemos a sitios de poder, pero si nos ocurriera, hagámoslo con ese ánimo servicial y afectuoso que pide el Señor.
Perdona, oh Dios, la división, rivalidad y confusión que empaña nuestra adoración. (Canto y Fe Nº 354; Cántico Nuevo Nº 173)
Alicia Gonnet
Salmo 54,1-7; Jeremías 12,1-4; Santiago 3,13 -4,10; Marcos 9,30-37; Agenda Evangélica: Isaías 49,1-6