Salmo 138
Te alabaré de todo corazón,
y ante todos los dioses te cantaré salmos.
2 De rodillas, y en dirección a tu santo templo,
alabaré tu nombre por tu misericordia y fidelidad,
por la grandeza de tu nombre
y porque tu palabra está por encima de todo.
3 Cuando te llamé, me respondiste,
y mi alma desfallecida se llenó de vigor.
4 Señor, ¡que todos los reyes de la tierra
te alaben al escuchar tu palabra!
5 ¡Que alaben tus caminos, Señor,
porque grande, Señor, es tu gloria!
6 Tú, Señor, estás en las alturas,
pero te dignas atender a los humildes;
en cambio, te mantienes alejado de los orgullosos.
7 Cuando me encuentre angustiado,
tú me infundirás nueva vida;
Me defenderás de la ira de mis enemigos,
y con tu diestra me levantarás victorioso.
8 Tú, Señor, cumplirás en mí tus planes;
tu misericordia, Señor, permanece para siempre.
Yo soy creación tuya. ¡No me desampares!
Génesis 18, 20-32
20 Entonces el Señor le dijo:
«Puesto que el clamor contra Sodoma y Gomorra va en aumento, y su pecado se ha agravado demasiado, 21 voy ahora a descender allá, para ver si lo que han hecho corresponde a las quejas que han llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré.»
22 Y aquellos varones se apartaron de allí, y fueron hacia Sodoma; pero Abrahán seguía estando delante del Señor. 23 Y se acercó Abrahán y le dijo:
«¿Acaso vas a destruir al justo con el injusto? 24 Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Acaso destruirás ese lugar, y no lo perdonarás por los cincuenta justos que estén allí adentro? 25 ¡Lejos sea de ti hacer morir al justo con el impío, y tratar al justo como al impío! ¡Jamás hagas tal cosa! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no debe hacer lo que es justo?»
26 El Señor respondió:
«Si dentro de la ciudad de Sodoma encuentro a cincuenta justos, por ellos perdonaré a todos los que estén allí.»
27 Abrahán replicó y dijo:
«Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor, aunque sólo soy polvo y ceniza. 28 Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta; ¿por faltar esos cinco destruirás toda la ciudad?»
Y el Señor dijo:
«No la destruiré, si encuentro sólo cuarenta y cinco.»
29 Abrahán volvió a hablarle, y dijo:
«Tal vez sólo se hallen cuarenta…»
Y el Señor respondió:
«Aun por esos cuarenta no lo haré.»
30 Abrahán insistió:
«Espero que mi Señor no se enoje, si sigo hablando; pero tal vez sólo se encuentren treinta…»
Y el Señor respondió:
«Aun si encuentro treinta, no lo haré.»
31 Abrahán dijo:
«Aquí estoy ahora, atreviéndome a hablar con mi Señor; tal vez sólo se encuentren veinte…»
Y el Señor contestó:
«Aun por esos veinte, no la destruiré.»
32 Pero Abrahán volvió a decir:
«Espero que mi Señor no se enoje si hablo una vez más; pero tal vez se encuentren sólo diez…»
Y el Señor respondió:
«Aun por esos diez, no la destruiré.»
Colosenses 2, 6-15
6 Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: 7 arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados.
8 Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y en él, que es la cabeza de toda autoridad y poder, ustedes reciben esa plenitud. 11 En él ustedes fueron también circuncidados. Pero no me refiero a la circuncisión física, sino a la circuncisión que nos hace Cristo, y que consiste en despojarnos de la naturaleza pecaminosa. 12 Cuando ustedes fueron bautizados, fueron también sepultados con él, pero al mismo tiempo resucitaron con él, por la fe en el poder de Dios, que lo levantó de los muertos. 13 Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. 14 Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. 15 Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz.
Lucas 11, 1-13
En cierta ocasión, Jesús estaba orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.» 2 Jesús les dijo: «Cuando ustedes oren, digan: “Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación.”»
5 También les dijo: «¿Quién de ustedes, que tenga un amigo, va a verlo a medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a visitarme, y no tengo nada que ofrecerle”? 7 Aquél responderá desde adentro y le dirá: “No me molestes. La puerta ya está cerrada, y mis niños están en la cama conmigo. No puedo levantarme para dártelos” 8 Yo les digo que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sí se levantará por su insistencia, y le dará todo lo que necesite. 9 Así que pidan, y se les dará. Busquen, y encontrarán. Llamen, y se les abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. 11 ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, en lugar del pescado le da una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le da un escorpión? 13 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»
Agenda Evangélica: Salmo 139,1-12; Isaías 43,1-7; Romanos 6,3-8(9-11) (P); Mateo 28,16-20