I Domingo de Cuaresma (Invocavit)

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba

Mateo 4,1

Ya falta poco para el otoño y ¡qué lindo que es ver los árboles con sus hojas multicolores, pero también verlas por el suelo, movidas por el viento para todos lados! Si las levanta una ráfaga o las sacude un remolino, es como una danza…
Cuando observo las hojas secas, libres, dejándose llevar por los caprichos del viento, pienso en nosotras, las personas, cuando nos dejamos llevar por el Espíritu de Dios…
¿No te ha pasado cambiar tu recorrido habitual y encontrarte con alguien que tenías muchas ganas de ver? ¿O sentir una voz por dentro diciéndote que vayas a ver a alguien en especial, y resultó que te estaba necesitando?
Ése es el Espíritu de Dios, el mismo que llevó a Jesús al desierto después de haber sido bautizado por Juan.
En el hemisferio sur, la cuaresma y la pascua coinciden con la llegada del otoño. Si bien las imágenes que compartimos son de primavera, conejos y pollitos, te invito a descubrir la fuerza de la Vida en esta hermosa estación: los maravillosos colores de las hojas, las ráfagas de viento que te despeinan, el frío que se empieza a sentir y que te lleva a sentarte en un rincón soleado, o por qué no, en tu sillón preferido.
Hoy es primer domingo de Cuaresma, ya comenzamos a caminar hacia la Pascua. Deja que el Espíritu de Dios te mueva y baile con vos para que esta Pascua sea especialmente bendecida.

Estela Andersen

Mateo 4,1-11

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