7° domingo después de Pentecostés
Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abre
Lucas 11,9-10
Muchas veces pedimos ayuda a nuestro Dios o buscamos una señal, pero con el pasar de los días y en la vorágine del tiempo actual, en el que siempre estamos corriendo de aquí para allá y ocupados con el trabajo o los estudios, no nos damos cuenta de que lo que tanto pedimos en el pasado, ya sea cercano o lejano, ya lo tenemos. Y si no lo tenemos, es porque hemos recibido algo que hoy es mejor para nosotros y para las personas que nos rodean.
En estos versículos 9 y 10, después de enseñar a sus discípulos cómo orar, Jesús nos transmite la seguridad y certeza de que, si lo llamamos, Él estará con nosotros cuando lo necesitemos.
Dios nuestro, en este día te queremos agradecer por todas las cosas que nos has dado con tanto amor, ya sean materiales, momentos vividos o personas que han pasado y están en nuestras vidas. Te pedimos perdón por las veces que hemos solicitado señales sin darnos cuenta de que ya teníamos lo que necesitábamos. Abre nuestros ojos y nuestro corazón para que podamos ver y tener la certeza de que Tú y el Espíritu Santo están con nosotros todos los días. Te agradecemos por la vida, en el nombre de Jesús. Amén.
Camila Weiss Bohl