Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tanta gente? Jesús respondió: Díganle a todos que se sienten.
Juan 6,9

El texto bíblico del Evangelio que compartimos este domingo abarca dos relatos distintos: «la alimentación de los cinco mil» y «Jesús camina sobre las aguas». Ambos relatos no solo revelan la presencia encarnada de Dios, sino que también nos traen a la memoria el Éxodo y el profeta Eliseo. En estos episodios, las «señales milagrosas» desempeñan un papel crucial en la construcción de la fe, pero ¿es este el papel que Jesús les concede? Evidentemente no, ya que Jesús intenta «mostrar» lo que va más allá de las demandas y promesas de su mensaje.
Un momento trascendental estaba a punto de ocurrir, un «nuevo camino hacia Dios» estaba a punto de emerger y Jesús lo sabía. El versículo de hoy nos muestra que sus discípulos percibieron una limitación aparentemente insuperable en ese momento, ya que había mucha gente necesitada esperando por «pan». Andrés incluso sugirió tímidamente una solución frágil: un niño con su almuerzo. Luego, él mismo se unió a la perspectiva pesimista de Felipe al exclamar: «¿Qué es esto para tanta gente?» Sin embargo, Jesús, en respuesta, los insta a hacer que la multitud se siente, los invita a participar en Su obra, pero a través de la fe. ¡Qué desafío tan grande! Es natural sentir «miedo» cuando enfrentamos problemas, pero después de experimentar ese miedo, Jesús nos exhorta a no quedarnos estancados en él, sino a buscar a Dios, a reconocer su presencia en nosotros y a esperar en Él con fe.
Danos esperanza y paz, danos Fe y tu bendición, danos la luz de tu mirada, danos tu amor. (Canto y Fe N° 153)

Soraya Pereyra

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