7° domingo de Pascua, Exaudi
La luz brilla para el hombre bueno; la alegría es para la gente honrada.
Salmo 97,11
Cuando echamos un vistazo a nuestra realidad y actualidad, la maldad y la corrupción son moneda corriente. No es que antes no existieran, pero nuestra experiencia nos lleva a indignarnos por lo que observamos en nuestro presente.
En ocasiones pareciera que practicar la bondad y la honradez -en este contexto- es un sinsentido.
Sin embargo, creo que en nuestros tiempos practicar estas actitudes para con el prójimo y para con uno/a mismo/a se vuelven un acto de protesta y de visibilización de lo que no da más. La corrupción y maldad desgastan nuestra sociedad, a punto tal que se vuelve difícil seguir adelante y vislumbrar un futuro cercano (¡y un presente!) mejor.
Es aquí donde las palabras del salmista se vuelven un bálsamo para nuestros oídos y nuestra vida. No debemos bajar los brazos, porque la bondad y la honradez serán la luz que nos guíe por los senderos oscuros a transitar, y la alegría que podrá hacernos sonreír, aun cuando todo parezca estar tan mal.
El salmo 97 es un salmo de alabanza al Dios que no abandona a su pueblo. No estamos solos/as. Dios se hace presente en los pequeños gestos y acciones de muchas personas para las cuales la bondad y la honradez son parte de su vida, y que con ellas traen luz y alegría en medio de la oscuridad y el sufrimiento de nuestro mundo, que gime y necesita un cambio.
Señor, ven a nosotros/as y ayúdanos a ser bondadosos/as y honrados/as, para dar un genuino testimonio de tu amor.
Joel A. Nagel
Salmo 97; Hechos 16,16-34; Apocalipsis 22,12-14.16-17.20-21; Juan 17,20-26 Agenda Evangélica: Salmo 27,1.7-14; Jeremías 31,31-34; Efesios 3,14-21; Juan 16,5-15; Romanos 8,26-30 (P)