4° domingo de Pascua, Jubilate

Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco y llevaban palmas en las manos. Todos gritaban con fuerte voz: “¡La salvación se debe a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!”

Apocalipsis 7,9-10

El libro de Apocalipsis nos cuenta cómo serán los últimos días y el juicio final. Nos habla de la ira de Dios, pero también del perdón. Las ropas blancas simbolizan pureza.
¿Cómo nosotros podemos obtener estas vestiduras blancas? El proceso comienza en la tierra con la obediencia al evangelio de Jesús. No solo creer en Cristo y confesar su nombre, sino también arrepentirnos de nuestros pecados, y ser bautizados.
El bautismo es indispensable para nacer de nuevo, para lavar los pecados y volver blanca su vestidura espiritual en Cristo.
Todos sabemos que no es fácil, las tentaciones de los tiempos modernos nos invitan a apartarnos del camino de salvación. Pero damos gracias a Dios que ha enviado a su Hijo a este mundo, y siempre nos tiende su mano cuando caemos.
Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad. Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré. (Canto y Fe N° 217)

José Wenninger

Salmo 23; Hechos 9,36-43; Apocalipsis 7,9-17; Juan 10,22-30
Agenda Evangélica: Salmo 66,1-9; Génesis 1,1-4a.(4b-25)26-28(29-30); 2,1-4a (P); Hechos 17,22-34; Juan 15,1-8

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print