2º domingo de Adviento
Pido en oración que lleguen a tener más amor todavía, y mucha sabiduría y entendimiento en todo, para que sepan escoger siempre lo mejor.
Filipenses 1,9-10
¿Oramos cuando estamos tristes? ¿Oramos cuando estamos alegres? Solitos con el Señor…
A él le gusta.
¿Qué puedo hacer yo por el Señor y la iglesia si estoy achacado y no me dan las piernas?
¿Qué puedo aportar yo que tengo niños chiquitos que me absorben todo el tiempo?
Esto que hacía Pablo, es lo que puedo hacer: ¡encerrado en una cárcel orando por los otros!
Por nuestros hijos que no nos acompañan a la iglesia, por nuestros padres para que se sostengan en la fe.
Pero Pablo va más allá: amor, sabiduría, entendimiento, no el “yo sé”, la autosuficiencia, sino el saber escoger lo mejor para nuestras vidas. La consulta a nuestro creador ante las infaltables decisiones en nuestra vida. Jesús había dicho: Y tu Padre que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. (Mateo 6,60).
¡Oh, qué amigo nos es Cristo! él llevó nuestro dolor,
y nos manda que llevemos todo a Dios en oración.
Si vivimos desprovistos de paz, gozo y santo amor,
esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.
(Canto y Fe Nº 215)
Lucas Millenaar y Gabriela Mulder
Salmo 126,1-6; Isaías 40,1-5.9-11; Filipenses 1,1-11; Lucas 3,1-6; Agenda Evangélica: Isaías 35,3-10