- Mariscal Antonio Sucre 2.855 3° Piso, CABA, Argentina
- ierp@ierp.org.ar
Salmo 17:1-9
1 Oye, oh Jehová, una causa justa;
está atento a mi clamor.
Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
2 De tu presencia salga mi vindicación;
vean tus ojos lo recto.
3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche;
me has puesto a prueba, y nada hallaste;
He resuelto que mi boca no peque.
4 Respecto a la obra de los hombres,
por la palabra de tus labios, me he guardado de las sendas de los violentos.
5 Sigue mis pasos en tus caminos,
y mis pies no resbalarán.
6 Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7 Muestra tus maravillas, tu misericordia,
tú que salvas de los que se rebelan contra tu diestra.
Salva a los que se refugian en ti,
de los enemigos con tu diestra.
8 Guárdame como a la niña de tus ojos,
escóndeme bajo la sombra de tus alas,
9 De los impíos que me asaltan,
de mis enemigos mortales que me rodean.
Job 19:23-27a
23 ¡Oh, si mis palabras fueran escritas!
¡Si fueran registradas en un libro,
24 con un estilete de hierro y con plomo,
grabadas en la roca para siempre!
25 Yo sé que mi Redentor vive,
y que al final se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi carne,
en mi carne he de ver a Dios;
27 al cual veré por mí mismo,
y mis ojos lo verán, y no otro.
¡Mi corazón desfallece dentro de mí!
2 Tesalonicenses 2:1-5, 13-17
1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo,
y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os alarméis,
ya sea por espíritu, ya sea por palabra, ya sea por carta, como si fuera nuestra,
en el sentido de que el día del Señor está cerca.
3 Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto,
de manera que se sienta en el templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios.
5 ¿No os acordáis de que cuando yo estaba aún con vosotros, os decía esto?
(Salto a versículos 13-17)
13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor,
que Dios os haya escogido desde el principio para salvación,
mediante la santificación del Espíritu y la fe en la verdad,
14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, sea por carta nuestra.
16 Y el mismo Señor Jesucristo, y Dios nuestro Padre, que nos amó, y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
17 conforte vuestros corazones y os confirme en toda buena palabra y obra.
Lucas 20:27-38
27 Se acercaron a él algunos de los saduceos, los cuales niegan que haya resurrección,
y le preguntaron, diciendo:
28 Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muere, teniendo mujer, y no deja hijos, que su hermano tome la mujer, y levante descendencia a su hermano.
29 Pues bien, había siete hermanos; y el primero tomó mujer, y murió sin hijos;
30 y el segundo y el tercero tomaron a la misma, y así los siete; y no dejaron hijos.
31 Finalmente, después de todos murió también la mujer.
32 En la resurrección, ¿de cuál de ellos será mujer?
Porque los siete la tuvieron por mujer.
33 Entonces Jesús les dijo: Los hijos de este siglo se casan y se dan en casamiento;
34 pero los que sean dignos de alcanzar aquel siglo, y la resurrección de los muertos,
ni se casan ni se dan en casamiento;
35 porque no pueden ya morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
36 Pero que los muertos resucitan, también lo declaró Moisés, cuando habla de la zarza,
cuando llama a Jehová «Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.»
37 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos;
pues para él todos viven.
38 Entonces algunos de los escribas respondieron, diciendo: Maestro, bien has dicho.
Agenda Evangélica: Salmo 85,9-14; Miqueas 4,1-5(7b); Romanos 8,18-25; Lucas 17,20-24(25-30); Lucas 6,27-38 (P)