El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra del sepulcro había sido quitada.

Juan 20,1

Esperanza de Resurrección…

Piedra removida, soldados durmiendo / ¿Dónde está el Cristo? ¿Qué fue del Salvador? / Llora desesperada María en el huerto, / Digan: ¿Qué le han hecho? Él es mi Señor.

Corre, llama a sus amigos, / Pedro y Juan, al que tanto amó, / Buscan confundidos, más no pueden encontrarlo, / Sigue el misterio, recrudece el terror.

Vuelven incrédulos, más que preocupados, / Olvidan sus dichos, piensan lo peor. / ¿No bastó la tortura? ¿Tampoco su muerte? / ¿Acaso no alcanza todo este dolor?

Asustan los hechos, siguen encerrados, / El miedo los vence, paraliza su andar. / Silencios prolongados, miradas perdidas, / Reflejan lo mismo: ¿De nosotros qué será?

Vuelve el desánimo, sigue el silencio, / Irrumpe la Luz, llega la Verdad. / Es el Maestro, se encuentra entre ellos, / Les sopla su aliento, les dona su paz.

Muestra sus manos, también su costado, / Recuerdo palpable de aquella crueldad. / Volvió la vida plena, pan al hambriento, / Agua al sediento, la nueva realidad.

No más encierro, no más temor, / La misión es su meta, cargados de valor. / Se abren las puertas, vuelven al mundo, / Son sal purificada, semilla a sembrar.

Se cierra un capítulo, se abre uno nuevo, / A diferencia del primero, nada los detendrá. / Legado recibido, compromiso asumido, / Tantas veces rehusado, ¿acaso por comodidad?

Abrazar al hermano, acariciar a la hermana, / Acercarles consuelo, su fe renovar. / Resurrección, vida nueva, / Jesús en y con nosotros, / Haznos esperanza en este tiempo / Para que nuestra existencia tenga dignidad…

Carlos Abel Brauer

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