BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – El Distrito Metropolitano de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) volvió a celebrar este domingo 31 de octubre el culto por el Día de la Reforma, una práctica que se venía realizando desde 2017, cuando se celebraron los 500 años y debió ser interrumpida el año pasado por causa de la pandemia. Participaron más de cien personas de las comunidades de la región en el templo de la calle Esmeralda 162, en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires. La liturgia fue acompañada por ministros y laicos, mientras que la predicación estuvo a cargo del pastor Leonardo Schindler, presidente de la IERP.
En medio de un clima de alegría por el reencuentro, el culto se celebró con Santa Cena, manteniendo todos los cuidados sanitarios, utilizando copas individuales y con las distancias aconsejadas por las autoridades sanitarias. Muchas de las personas que participaron, no se veían desde 2019, lo que generó un ambiente de mucha gratitud, lo que se reflejó en la celebración y en el encuentro. Algo que ayudó mucho a la celebración fue el acompañamiento musical, que estuvo a cargo de integrantes de la orquesta de ASE (San Fernando) y de musicanto de Florida.
En la predicación, el pastor presidente de la IERP Leonardo Schindler, tomó el texto de Gálatas 5, 1 – 6 que aborda sobre la libertad. «Estamos en un tiempo dónde se habla mucho de la libertad y mucha gente reclama más libertad», explicó. Sin embargo, señaló que del mismo modo «la sociedad de consumo entiende que todos deben tener libertad, para que no haya límites al deseo», «el capital financiero exige libertad sin límite ni regulación, a la hora de circular por el mundo y garantizar la rentabilidad», «la producción extrativista quiere libertad, para expandirse sobre todo aquello que le traiga algún beneficio», dijo y puntualizó que la palabra de Dios no refiere a eso cuando habla del tema, porque siempre lo vincula al servicio: «la libertad es un don de Dios, que debe ser puesta al servicio del prójimo». En ese sentido, señaló que la iglesia toda debe dar testimonio tal como hijos e hijas de la Reforma Protestante, un movimiento que pudo redescubrir en la Palabra, la gracia y la misericordia de Dios.
La jornada tuvo además un marco musical, que fue compartido en varios momentos del culto. Fue interpretado «Jesús será siempre mi alegría» de Johann Sebastian Bach, por el Coro del Colegio Alemán de Quilmes y Bach Collegium Buenos Aires; Aria de la Suite Orquesta N° 3, de Johann Sebastian Bach por Bach Collegium Buenos Aires y «Proclamaré mi fe en su nombre» de de Johann Sebastian Bach, por Noelia Consonni, Alto y Bach Collegium Buenos Aires. Todos ellos con la dirección musical de Florentino La Moglie.
