El pastor Arturo Blatezky participó en la recuperación de un Centro Clandestino de Detención de Quilmes

 

El Pastor Blatezky fue el primero en hablar en una conferencia de prensa que se organizó en la puerta del espacio Colectivo de a Pie. Foto: Bernardino Avila

QUILMES / Argentina | IERPcomunica – En su rol de Presidente del “Colectivo Quilmes, Memoria, Verdad y Justicia”; el pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) Arturo Blatezky participó activamente en la recuperación del Centro Clandestino de Detención “El Pozo”, donde se torturó y se mantuvo cautiva de manera ilegal a unas 250 personas durante la última dictadura cívico militar Argentina. A partir de ahora el lugar será un sitio de la Memoria.

“Es una inyección que fortalece la resistencia”, dijo Arturo Blatezky al diario Página 12 sobre la decisión de la aprobación de la Ley por la Legislatura bonaerense a partir del pedido de organizaciones de derechos humanos y sociales, por lo que a partir de ahora el centro clandestino conocido como Pozo de Quilmes dejó de ser sede policial para ser un espacio de Memoria, tal como solicitaban desde hace tiempo las organizaciones de derechos humanos.

“En estos tiempos terribles de un gobierno terrible, que la lucha del pueblo de resultado es una inyección que fortalece a la resistencia”, continuó evaluando el pastor Blatezky, ex Coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y actual Presidente del colectivo de vecinos, militantes de derechos humanos, organizaciones sociales y gremiales y protagonistas de la historia de ese lugar por el que pasaron más de 250 personas durante la última dictadura cívico militar y cuyo destino cambió a fines del año pasado, cuando la legislatura provincial convirtió en ley su conversión en sitio de memoria.

En declaraciones que Blatezky realizó durante la conferencia de prensa y que fueron recogidas por la periodista Ailín Bullentini del matutino porteño Página 12, el pastor se expresó diciendo que “la recuperación de lo que algunos consideran un bache y otros nombramos, como los responsables del genocidio lo hicieron, el Pozo de Quilmes, hoy ex, es una forma de reconocer la dignidad de un pueblo, del nuestro, del quilmeño, pero también del argentino” en clara alusión al episodio en que el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, confundió el ex centro clandestino con un “bache” callejero. “Que no nos vengan a enseñar los clarines ni naciones de argentinidad, porque este es un pueblo que lucha y seguirá luchando”, finalizó enérgicamente. El pastor Blatezky fue el primero en hablar en una conferencia de prensa en la que participaron los miembros del colectivo que se reunió los últimos dos años para trabajar la recuperación de uno de los centros clandestinos de detención más activos de la red extendida en toda la provincia bajo el mando los ex represores y genocidas Ramón Camps y Miguel Etchecolatz.

En lo que respecta al futuro próximo del ex Pozo y tal como también señala Ailín Bullentini de Página 12, “el Ejecutivo tiene 90 días para encontrarle un nuevo destino a la DDI de Quilmes. Luego, vendrán los días de pensar y desarrollar estrategias para cumplir con los objetivos que el colectivo Quilmes Memoria, Verdad y Justicia soñó para el lugar: contribuir y promover a la defensa de los derechos humanos, conformar un archivo y centro de documentación especializado en memoria, apoyar el desarrollo de los juicios por crímenes de Lesa Humanidad y desarrollar actividades educativas, culturales y artísticas de promoción y protección de derechos, propiciando la participación de los jóvenes y promoviendo un enfoque de género”.

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