Encuentro Ecuménico abordó sobre la responsabilidad de las Iglesias ante la crisis ambiental

El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, en su sede regional de Viedma y Patagones, organizó un Encuentro Ecuménico bajo el lema «Cuidado de la Creación», con la participación de diversas comunidades de fe y miembros de las Asambleas Socioambientales de Río Negro. Este evento se enfocó en reconocer y reflexionar sobre las realidades socioambientales que afectan a los territorios locales, con el objetivo de fortalecer el compromiso de las iglesias en la lucha contra las injusticias ambientales.

El encuentro comenzó con la proyección de un video que recopiló testimonios de personas que viven en las zonas afectadas, destacando los desafíos y las luchas que enfrentan. A través de estos testimonios, se generó un espacio de reflexión donde los participantes compartieron sus impresiones y discutieron el papel crucial que las iglesias deben desempeñar en la defensa de la justicia socioambiental.

El sacerdote Luis García desarrolló una reflexión centrada en el Salmo 8, que exalta la grandeza de Dios y la posición privilegiada del ser humano en la creación. En su intervención, el sacerdote destacó la importancia de redescubrir la capacidad de contemplar la creación con una mirada profunda y respetuosa, instando a los presentes a desarrollar hábitos de contemplación que permitan reconocer la grandiosidad de la obra de Dios y la responsabilidad como cuidadores de la misma.

García subrayó que, aunque el Salmo 8 otorga al ser humano el dominio sobre la creación, este poder debe ser ejercido con cuidado y respeto, en sintonía con el amor de Dios. El sacerdote cuestionó la actual gestión de los recursos naturales, denunciando la explotación indiscriminada y el uso desigual de los bienes comunes, a menudo en beneficio de unos pocos. Hizo un llamado a las iglesias a resistir estas injusticias, promoviendo un uso armónico y equitativo de los recursos, en consonancia con la visión de un Dios que cuida y protege.

La jornada también incluyó una ceremonia simbólica donde se utilizaron los cuatro elementos de la naturaleza: Agua, Tierra, Aire y Fuego, como recordatorio de nuestra conexión profunda con la creación y de la necesidad de protegerla. Este Encuentro Ecuménico concluyó con un fuerte llamado a las comunidades de fe para que, inspiradas en el Salmo 8 y otras escrituras, se comprometan a ser agentes de cambio en la sociedad, promoviendo la justicia, la dignidad humana y el respeto por la creación en todas sus formas.

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