BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – A los 76 años, falleció este martes 27 de octubre de 2020, Elisa Rosalina Storz. Trabajó durante décadas en varias instituciones y comunidades de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), sirviendo activamente a la obra de Dios, primero como maestra de escuela dominical y con niños, luego a través de su rol de «Colaboradora Parroquial», ministerio diacónico y catequético que asumió a partir de su formación hasta 1973 en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET). Solía repetir que Dios no es «sustantivo», sino «verbo», por lo que sostenía que es más importante el «hacer» que «quedarse quieto». Su despedida fue a través del Evangelio de Mateo 12, 46-50 uno de los textos que más representaba su espíritu de servicio y de amor al prójimo.
Había nacido en la provincia argentina de Misiones en 1944 y luego de terminar sus estudios secundarios se dedicó a colaborar activamente en un Jardín de Infantes de la Congregación Leandro N. Alem en Misiones. A principios de la década del 70 se trasladó a Buenos Aires para cursar estudios de teología en el ISEDET recibiéndose como Colaboradora Parroquial en 1973. Su amor al Evangelio de Jesucristo y a niños y ancianos la motivó a trabajar en distintas obras diacónicas y congregaciones de la IERP especialmente en el área de catequesis de niños y niñas: en el Jardín de Infantes “Los Indiecitos”, de la Parroquia Panamericana de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA) entre 1975 y 1985; luego en la Parroquia San Lucas de Castelar (CEABA). Sus últimos años al servicio de la iglesia los destinó a la Parroquia Martínez (CEABA) hasta 2007. Al acogerse al beneficio de la jubilación retornó a su querida Misiones.
«Siempre será recordada por su sonrisa que brindaba tranquilidad y paz, tanto a chicos como a grandes, y esa paciencia infinita que la caracterizaba.» «Su dulzura la llevaba a estar siempre rodeada de niños y cuanta persona sintiera la necesidad de ser escuchada o acompañada», recordó el Pastor Presidente de la IERP Leonardo Schindler a través de una carta a las congregaciones y ministros de la iglesia. Sobre su disposición al trabajo, agregó que «en cada lugar donde Elisa trabajó marcó la vida de quienes la acompañaron de manera especial». Aunque no tuvo hijos, fue madre de muchos. Solía repetir que Dios no es «sustantivo», sino «verbo», por lo que sostenía que es más importante el «hacer» que quedarse quieto. Así afrontó su vida y la obra al servicio de la iglesia de Jesucristo.
En la tarde de su despedida en la ciudad de Leandro N. Alem, Misiones; compartieron la lectura del Evangelio de Mateo 12, 46 – 50 que quizás es uno de los textos que más representa el espíritu de Elisa: «Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquél que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.»