Con el lema inspirado en Hechos 2,11 «Los escuchamos hablar en nuestras propias lenguas de las maravillas de Dios», la Fiesta de la Diaconía del Distrito Uruguay se llevó a cabo en Nueva Helvecia, donde 56 personas, a pesar del clima gris y lluvioso, se congregaron para reflexionar sobre las maravillas de Dios en sus contextos, a partir de las iniciativas diacónicas del distrito.
El evento comenzó con un culto en conmemoración de los 10 años de la Fundación Hora de Obrar. El Dr. Jerónimo Granados, pastor distrital, estuvo a cargo de la reflexión, destacando el papel de las obras diacónicas como testimonio de la acción de Dios. Los jóvenes desempeñaron un rol fundamental, organizando el almuerzo y la merienda, decorando el espacio de manera festiva, y presentando una danza junto a los residentes del Hogar Frauenverein y los participantes. Además, lideraron un devocional que concluyó con la creación de un «Muro de los recuerdos», donde los asistentes compartieron sus vivencias del día.
La pastora local, Mónica Hillmann, expresó que «este encuentro nos permitió reforzar los vínculos y redes que nos ayudan a ser reflejo de las maravillas de Dios en nuestras comunidades». Su compromiso con la comunidad local quedó reflejado en la calidez de las actividades y la participación activa de los miembros del distrito. La feria de iniciativas diacónicas fue otro momento central de la jornada, con 11 stands de obras ecuménicas de Montevideo, Nueva Helvecia, Paysandú, y Valdense, donde las organizaciones compartieron sus proyectos y experiencias. El evento ofreció una valiosa oportunidad para intercambiar ideas y fortalecer el trabajo en conjunto.
El diácono y magister Martín Elsesser y el pastor y trabajador social Jorge Weishein condujeron la reflexión central sobre los ejes misioneros de la IERP, y los participantes plasmaron artísticamente estos conceptos en cuatro rompecabezas. Como símbolo de unidad, cada iniciativa diacónica recibió una pieza de cada rompecabezas como recuerdo del evento. Los participantes visitaron el Hogar Frauenverein, donde compartieron momentos de canto y juegos con los residentes, y luego, en el Centro Emmanuel, se profundizó en la conexión entre la creación y la responsabilidad de cuidarla.
Los asistentes describieron la jornada como «placentera», llena de «comunidad, amistad y esperanza». Para muchos, fue un día transformador en el que «sentir el amor de Dios en las obras» se hizo tangible, y donde se reafirmó el compromiso con la fe y el servicio a los demás. También destacaron que «nos enseñó a cuidar y abrazar lo que Dios nos ha dado, trabajando juntos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria». La Fiesta de la Diaconía dejó un impacto positivo en todos los participantes, reafirmando los lazos comunitarios y fortaleciendo la misión de la iglesia en el servicio a los demás.