En una nueva edición del ciclo de reflexiones «Comunidad en Diálogo», la pastora Estela Andersen de la Congregación Evangélica de General Alvear reflexiona sobre el valor de la hospitalidad. Habla de la importancia de recibir a los demás con alegría y calidez, incluso cuando son desconocidos. La hospitalidad es abrir los brazos y las puertas, para que aquellos que llegan se sientan acogidos como en su propio hogar.
La pastora Estela utiliza el mate, un símbolo de hospitalidad, para ilustrar esta idea. La ronda del mate representa la comunión y el compartir, donde cada persona tiene su momento para hablar y ser escuchada. Tomar mate se convierte en una ceremonia que genera comunidad y crea un ambiente de cercanía y amor fraternal. La reflexión se enriquece con el pasaje bíblico de Mateo 10:40-42, donde Jesús enseña que al recibir a otros, en realidad, recibimos a Él y a aquel que lo envió. La hospitalidad se convierte así en un testimonio de fe y en un reflejo del amor de Dios las vidas de las personas.
La pastora Estela desafía a vivir la hospitalidad como parte de la identidad cristiana. Invita a abrir puertas, a ser generosos y a brindar incluso el más pequeño acto de servicio, como un vaso de agua fresca, a aquellos que lo necesitan. Al hacerlo, «estamos abriendo nuestro corazón y recibiendo a Jesús en nuestra vida diaria», señaló. En un mundo individualista y marcado por la desconfianza, el llamado es a marcar la diferencia a través de la hospitalidad. Como comunidad de fe, convertir la propia vida en una ronda de mate, donde todas las personas son bienvenidas y encuentran un espacio para compartir, crecer y experimentar el amor de Cristo.