Los días 15 y 16 de febrero de 2025, la comunidad Posadas de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) fue testigo de un encuentro sin precedentes en el distrito: «El primer campamento de trabajo de jóvenes adultos». Inspirado en otras experiencias de la iglesia, este campamento reunió a jóvenes de diferentes comunidades con un propósito en común: colaborar en la mejora del Hogar de Posadas.
El Hogar de Posadas es un proyecto que refleja el compromiso de la comunidad con dos grandes tareas diacónicas. Por un lado, la Pastoral de la Salud, que brinda hospedaje a personas que llegan a la ciudad para atenderse en el Hospital Madariaga, ubicado a solo dos cuadras del hogar, ofreciendo un lugar de descanso y contención tanto para pacientes como para sus familiares y amigos. Por otro lado, la Pastoral Universitaria, que acompaña a jóvenes estudiantes de la iglesia que dejan sus hogares para comenzar su camino en la universidad o en estudios terciarios, brindándoles un espacio seguro donde puedan sentirse parte de una comunidad. En ambas realidades, el Hogar de Posadas se convierte en un refugio de apoyo y aliento, un lugar donde la comunidad de fe extiende su mano a quienes atraviesan momentos de cambio, desafíos o dificultad.
Durante el campamento, los jóvenes trabajaron con gran entusiasmo en la limpieza, pintura y reparación de diferentes espacios: salones de la iglesia, la cocina del hogar, baños, muebles y áreas exteriores. Cada pincelada y cada esfuerzo reflejaban el compromiso de construir juntos un espacio acogedor para quienes lo necesiten.
El cierre del campamento estuvo marcado por dos momentos especiales. Uno de ellos fue la creación de un mural, que ahora embellece el hogar y recuerda esta acción solidaria con las palabras de Hebreos 13:2: «No se olviden de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles». Además, se celebró un culto comunitario en el que se compartió un mensaje de esperanza, recordando que Dios llama a confiar en Él y a servir sin miedo. En esta celebración, la comunidad también despidió y envió en bendición a Agustina y Fernando, dos jóvenes que participaron del campamento y que este año partirán hacia Alemania para su voluntariado en la iglesia. Antes de emprender este nuevo camino, quisieron dejar su huella en Posadas y sumar su esfuerzo a esta obra.
El primer campamento de trabajo de jóvenes adultos en Posadas fue un testimonio del compromiso con la fe y el servicio. La entrega de cada uno de los participantes permitió avanzar en la construcción de un espacio que será hogar y refugio para muchos. Que este encuentro sea solo el comienzo de muchas más jornadas de servicio y comunidad, donde la iglesia continúe siendo luz y acompañamiento para quienes más lo necesiten.