Les aseguro que, si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha.

Juan 12,24

Había griegos que querían ver a Jesús, para eso surgen una serie de intermediarios y trámites para que estos hombres puedan ver al maestro. ¿Cuántas barreras tienen que cruzar aquellas personas que quieren acercarse a Jesús? A veces son barreras culturales, eclesiásticas, idiomáticas, otras son sociales y hasta teológicas, y, como nos consideramos detentores de la verdad de Dios, nos colocamos sobre los otros.
Así como el Hijo del hombre debe morir y conocer la tierra para llevar adelante su misión y llevar mucho fruto, quizás tengamos que sepultar cosas que “huelen mal” para poder nacer a una esperanza nueva, hacia una fe simple pero viva. Jesús tuvo que conocer la sepultura y la resurrección, pero de ese hecho salió una fe que se multiplicó a punta de persecuciones, muertes de variadas formas, en muchas experiencias significó morir en su vida tal como venían viviendo.
Podemos encontrar esa renovación solo cuando miramos la Cruz, cuando Jesucristo hace nuevas todas las cosas; y desde un punto de vista se nos pide ir muriendo en nosotros para que Cristo crezca en nuestras vidas y así, levantarnos con la libertad con que Cristo nos compró.
¿Qué debemos dejar morir? Quizás existan cosas que debamos soltar, para avanzar en la carrera de la vida y así ser libres de muchas trabas que no nos dejan ser lo que Dios quiere que seamos.
Señor, ayúdanos a ser sabios e identificar lo que tenemos que dejar y tomar, para que así, podamos estar siempre en tu voluntad.

Alexis Salgado

Juan 12,20-26

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print