Ascensión de Cristo

Dios, el Señor, se ha entronizado entre aclamaciones y sonido de trompetas.

¡Cantemos salmos a nuestro Dios! ¡Cantemos salmos a nuestro Rey!

Salmo 4,5-6 (RVC)

La ascensión (Hechos 1,9-10) un acontecimiento que parece de características propias de una película de ciencia ficción, no es otra cosa que el evento culminante en la vida de Jesús en la tierra y no es para nada ficción. Si bien no sabemos exactamente cómo puede haber sucedido tal cosa, confiamos en los pocos detalles que nos brinda la Biblia acerca de ese día.

Con el suceso de la ascensión nos damos cuenta de que Cristo de veras subió al Padre, al lugar donde pertenece como Hijo de Dios. Cuando leemos los salmos, pensando en Cristo, como lo hacía Martín Lutero, podemos atribuir la alabanza del presente salmo a Cristo como quien llega al trono. El rey que llega a su palacio y es honrado con aclamaciones y sonido de trompetas. Es por eso que cantamos salmos a nuestro rey porque queremos honrarlo como tal. Estoy escribiendo esta lectura diaria en un día de Viernes Santo y más allá de toda buena recordación de la muerte redentora de Cristo en la cruz, tenemos que saber que Cristo resucitó, triunfó, está vivo, es un Dios de poder y está sentado a la diestra del Padre, desde donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Enzo Pellini

Salmo 47; Hechos 1,1-11; Efesios 1,15-23; Marcos 16,9-20

Agenda Evangélica: Salmo 47,2-10; 1 Reyes 8,22-24.26-28; Hechos. 1,3-11; Lucas 24,(44-49)50-53; Efesios 1,(15-20a)20b-23 (P)

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