Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste, ¡brillarán por siempre como las estrellas!
Daniel 12,3
La profecía continúa, describiendo a aquellos que han puesto su sabiduría, su entendimiento y sus capacidades al servicio del pueblo de Israel. El pasaje se refiere a aquellos que han logrado comprender profundamente los preceptos divinos y, por lo tanto, son capaces de enseñar a otros. En medio de las calamidades, las injusticias y las rebeliones, Dios sigue encontrando a aquellos que actúan como guías, marcando el camino a seguir.
¿En función de qué y de quiénes ponemos y utilizamos nuestra sabiduría en este tiempo? La Palabra de hoy nos desafía a descubrir a ese Dios que continúa capacitándonos para compartir y reaprender, para guiar y permitirnos ser guiados, para redescubrir ese camino recto que a veces hemos dejado de lado.
Esta imagen que representa a los sabios de Dios como aquellos que resplandecerán, como el resplandor del firmamento, nos muestra que la sabiduría a la que hace referencia está basada en aprender y caminar en la justicia.
Las obras de justicia alumbran la vida de los seres humanos, siendo así también la presencia de Dios visible en medio de nosotros. Esta luz brilla y resplandece, permitiendo que otros encuentren el camino a través de cada gesto de justicia en nuestra humanidad.
Oremos al buen Dios para que en este día nos guíe a invertir nuestra vida en sus enseñanzas, que podamos comprenderlas, estudiarlas y hacerlas nuestras. Que al compartirlas, estas nos traigan luz a través de gestos de justicia, alivio y paz. En este proceso, te deseo un día lleno de bendiciones.
Marisa Andrea Hunzicker