Entre tanto se juntaron miles y miles de personas, tantas que unas a otras se atropellaban. Jesús comenzó a hablar…
Lucas 12,1
Lucas inicia esta parte de su relato demostrando que Jesús era un líder popular. Las grandes convocatorias de multitudes, hoy en día, se reúnen en torno a un/a político o un/a cantante o un/a predicador/a. Junto a Jesús, las personas unas a otras se atropellaban. Es decir no todo era silencioso y ordenadito. En algún recital de nuestro tiempo el entusiasmo y el desorden a veces hasta son estimulados desde el escenario.
Él era el Maestro que con palabras simples enseñaba la voluntad del Padre, y cuál es el camino para seguirle con alegría y entusiasmo. La forma que en muchas iglesias, se celebra el culto es muy formal y muy seria. Las palabras del/de la predicador/a en esa tradición deben ser de tono solemne, medidas. Y no faltan aquellas comunidades que se molestan por la presencia de niños o de alguna persona que no encaja con su comportamiento.
Jesús, en medio del barullo de la gente, dice, comenzó a hablar, y toca los temas que son importantes. Cuando nuestros cultos son estructurados, serios y rígidos han perdido la vitalidad de lo cotidiano. En el otro extremo, la comunidad que entiende debe haber exaltación y todo tipo de manifestaciones durante la celebración, no por eso se acerca más a las enseñanzas, y a la vivencia de fe en Jesús.
Le invito, amable lectora o lector, a meditar este texto bíblico. Como decía un teólogo, leer la Biblia y al mismo tiempo los diarios (las informaciones por los medios).
Mi buen Señor, maestro y Dios,
Que pueda proclamar
Tu grato nombre y su honor
En cielo tierra y mar.
(Canto y Fe Nº 267)
Bruno Knoblauch
Lucas 12,1-12