Con mi alma te he deseado en la noche; y en tanto que me durare el espíritu en medio de mí, madrugaré a buscarte: porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

Isaías 26,9

Este versículo es una invitación, un llamado a buscar a Dios, cada día, buscarle en adoración, en alabanza, en oración, amarlo con todo nuestro corazón. Jesucristo mismo se apartó varias veces para estar a solas con Dios, para contarle sus necesidades y pedir la fuerza necesaria para que se haga Su voluntad en él. De la misma manera nosotros debemos acudir en oración, lograr una comunicación diaria, fluida, para que El pueda transformar nuestra naturaleza, a modo de hacer Su voluntad cada día, y ser uno con Jesucristo, como Jesucristo es uno con el Padre.
Así como las plantas necesitan del agua, de la luz y de la tierra, para sobrevivir, así también nosotros necesitamos de Dios. Cierta- mente este versículo nos revela un corazón que ama y busca a Dios de manera genuina, persevera en Él cada día, como base para una relación de amor sincera y agradable al Padre. Que bella imagen ¿no? Que pueda ser nuestro deseo también anhelar a Dios con esa fuerza, sabiendo que nos ama y nos escucha por su fidelidad.
dame un nuevo corazón, Señor; un corazón para adorarte, un corazón para alabarte. dame un nuevo corazón, Señor. (Canto y Fe Nº 425)

Alicia María Wagner

Isaías 26,7-19

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