Jueves 15 de mayo

 

Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor: “Es cierto que Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.” Pues bien, si Dios les da también a ellos lo mismo que nos ha dado a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?

 

Hechos 11,16-17

 

¿Nos gusta tener memoria? ¿Nos gusta recordar? Hay gente a la que le gusta recordar las cosas del pasado, obviamente las cosas buenas, porque así disfruta su vida. Pero también hay gente a la que no le gusta recordar el pasado, especialmente los acontecimientos dolorosos y difíciles, por todo lo que esos recuerdos significaron en el pasado e incluso en el presente.
Sin embargo, también es cierto que, hablando de manera colectiva, la memoria debe estar presente en la gente de un pueblo o una nación para no repetir los errores del pasado.
La memoria puede ayudarnos a desechar aquellas conductas que en su momento fueron un obstáculo para seguir avanzando o que desencadenaron prácticas opresivas. Podemos decir que, en un sentido, tener memoria puede ayudarnos a mejorar nuestro presente para continuar nuestro caminar en esta tierra con una mejor actitud y perspectiva. Esto, obviamente, no lo hacemos solos. Necesitamos la ayuda de Dios.
En el pasaje que tenemos frente a nosotros, Pedro recuerda unas palabras de Jesús. Estas palabras lo ayudan a entender la realidad que tiene frente a sí: hay gente que llega al evangelio proveniente de otros contextos que no son el contexto judeo-cristiano. Ante esa realidad, Pedro recibe a esa gente y les presenta el evangelio.
Podemos preguntarnos acerca de las palabras de nuestro Señor Jesús que recordamos y que nos han hecho cambiar de actitud ante diversas situaciones que se nos han presentado. ¿Qué palabras recordamos? ¿A qué palabras del Señor les damos sentido en nuestra vida? ¿Nos gusta recordar esas palabras?

 

Roberto Trejo Haager

Compartir!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print