Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo.
Hechos 2:38
El mensaje de Pedro sobre el que reflexionábamos ayer, tuvo repercusión entre sus oyentes, generó certeza. El grupo de personas a las que se dirigió Pedro, tenía las escrituras del Antiguo Testamento, habían conocido las profecías y habían oído el mensaje. Tenían también una religión, habían estado caminando en una sola dirección, pero en una dirección que los alejaba de Dios, en una dirección que les hacía perder el sentido de ese caminar. Y ahora debían arrepentirse, es decir, dar media vuelta, cambiar de dirección y caminar hacia Dios. ¿Cómo sabrían cuál era esa nueva dirección que los uniría a Dios? …a través del Bautismo en el nombre de Jesucristo. Tenían que ser bautizados como evidencia de su arrepentimiento, de su decisión de buscar a Jesucristo y depositar su confianza en Él, en su Acción Salvadora. En esa entrega por Fe encontrarían “el Camino, la Verdad y la Vida”.
Que el Espíritu Santo nos anime cada día a caminar desde la Fe hacia nuestro Dios, para ser renovados por Él en nuestra humanidad. Que logremos reconocer esa necesidad de cambio de dirección, aunque muchas veces, “la falta de Luz” en nuestras realidades la convierta en un desafío difícil de asumir. Amén.
Soraya Aideé Pereyra