Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.

Juan 16,33

El texto que acaban de leer son palabras de Jesús en situaciones previas a su arresto, muerte y resurrección. Les habla a sus discípulos acerca de la misión que ellos tendrán por delante y las dificultades que deberán enfrentar. Lo importante de estas palabras es que están en un sentido positivo. Les manifiesta que será difícil pero a renglón seguido les habla del valor y que él mismo ya lo vivió y lo superó.

Estas palabras de Jesús son tan importantes para nuestros días y para nosotros en particular. Ante situaciones difíciles sentimos que nos falta el aliento y las fuerzas para luchar y salir adelante. Y es ahí donde Jesús con sus palabras y con sus hechos nos abre un camino de esperanza.

Anita estaba junto a su esposo en un hospital en Buenos Aires, capital de la Argentina. Su beba internada con una complicación que requería tiempo de observación y estudios. Los días y las semanas parecían no avanzar nunca. Su estado de desesperación llegó a su punto máximo diciendo «no puedo más». Esta situación fue la que motivó a hermanos y hermanas de la comunidad a orar más intensamente por ella y hacerle saber que no estaba sola. Pastores de aquella ciudad comenzaron a visitar la pareja llevándoles el ánimo y la palabra del Señor. Esto cambió su estado, convirtiendo la desesperanza en un camino lleno de luz.

Dios nos habla hoy como a Josué hace miles de años diciendo:

Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas. (Josué 1,9; Canto y Fe Nº 276)

Darío Dorsch

Juan 16,25-33

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