Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas.
1 Pedro 1,6
Este es un tema de conversación que solemos tener con nuestros hermanos de la iglesia en la que me congrego.
¿Por qué en muchas ocasiones los cristianos somos tristes? ¿Será que nos cuesta creer que podemos disfrutar del regalo de la vida que Dios nos dio? Tal vez nos cueste desprendernos de esa idea, que a veces anda dando vueltas, de que el cristiano debe ser sufrido para ganar el Reino de Dios. Pero estas palabras son claras y suenan casi cómo una regla para vivir.
Solemos tener una tendencia permanente a la queja: somos pocos, cómo vamos a hacer para sostener la iglesia, casi no hay niños, los jóvenes no quieren venir a la iglesia, y otras cosas que decimos y escuchamos.
Ahora yo me pregunto, ¿quién va a creer en el amor de Dios si mostramos un rostro triste, apagado, duro? ¿No será que justamente esa es nuestra debilidad? ¿Cómo demostramos al que tenemos al lado que estamos más que agradecidos con el Señor por todo lo que recibimos de Él?
Reconozco que no escapo a tener esta actitud en algunas oportunidades, pero siempre que me he propuesto demostrar con hechos, la alegría de sentirme cristiano, créanme que los resultados son sorprendentes.
Y con respecto a las pruebas que el Señor pone en nuestro camino, soy un convencido de que si lo hace, es porque aún nos falta algo por aprender para ser cristianos con todas las letras.
Señor, danos corazones agradecidos para poder celebrar y demostrar la alegría que significa recibir tu regalo de vida todos los días. Amén.
Alejandro Faber