Voy a darte un corazón sabio y sensible, como nadie lo ha tenido antes ni lo tendrá después de ti.
1 Reyes 3,10-12

¿Por qué Dios le concede a Salomón su petición? Por su devoción, su respeto y su entrega a Él. Salomón si bien sentía miedo e inseguridad frente a la tamaña empresa de gobernar a Israel, fue sincero con Dios en admitir que necesitaba sabiduría. Salomón, como expliqué en la lectura anterior, no necesitaba conocimientos, sino sabiduría, que es diferente. Una de las condiciones para siempre recibir de Dios es: ofrecer un corazón íntegro, sincero y honesto. Algo así como la ofrenda de Caín y Abel. Dios aprobó la ofrenda de Abel por su integridad y honestidad en su adoración a Dios.
Cuánto ansiamos que Dios pueda conceder sabiduría a nuestros gobernantes. Parece una utopía hoy en nuestros días pedir eso. Hay tanta ideología y corrientes de pensamiento que van a contramano de nuestra fe cristiana en nuestra sociedad que, parece ingenuo pedir que nuestros gobernantes se comporten de acuerdo a una línea de pensamiento cristiano. Existe tanta corrupción instalada en muchos países que, pareciera una quimera pedir para que reinen la integridad y la honestidad. No obstante, al igual que Salomón, somos invitados a pedir por sabiduría, y pedirla para nuestros gobernantes. Así también se nos dice: “Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad”. (Timoteo 2,1-3)

Enzo Pellini

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