Jesús dijo a sus discípulos: “Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. La vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa”.
San Lucas 13, 22-23
Comparto con ustedes la letra de una canción del Padre Zezinho. Canción que cantamos a menudo en nuestras congregaciones del Paraguay, tierra hermosa, llena de gente buena que, gracias a Dios y a la Iglesia he conocido y disfruto cada día.
Canción que nace de este texto bíblico, y que nos invita a mirarnos profundamente y ponernos límites a tanta materialidad del mundo presente. Léala, y si la conoce, cántela. Dice así:
Mira los lirios del campo cómo florecen y crecen.
Mira los lirios del campo, que nunca hilan ni tejen,
y entre las flores del campo, ninguna existe más bella.
//Ni Salomón que era rey, ni Salomón que era rey,
ni Salomón que era rey, se vistió como el lirio se viste.//
Mira las aves del cielo todo el azul van surcando.
Abren sus alas al viento siempre volando y volando.
No tienen nada en la tierra y es suyo todo el firmamento.
//Nunca las vemos sembrar, nunca las vemos regar,
nadie las ve cultivar, pero encuentran al fin su alimento.//
Mira la cara del hombre, mira su rostro cansado,
triste, con miedo y con hambre, pobre, mal alimentado.
Vive de falsas promesas soñando nadar en dinero.
//Siempre queriendo saber si va a tener qué comer,
si va a tener qué beber y qué moda hay en el extranjero.//
Mira ahora más hondo, porque los signos no mienten.
Mira de nuevo a la tierra que espera nuevas simientes.
Hay que sembrar la justicia porque es la semilla más pura.
//Busca el reino de Dios, busca el reino de Dios,
busca el reino de Dios, lo demás ya será añadidura.//
Armando A. Weiss
Lucas 13,22-30