Pero cuando venga el Defensor que yo voy a enviar de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él será mi testigo. Y ustedes también serán mis testigos, porque han estado conmigo desde el principio.
Les digo estas cosas para que no pierdan su fe en mí. Los expulsarán de las sinagogas, y aún llegará el momento en que cualquiera que los mate creerá que así presta un servicio a Dios. Esto lo harán porque no nos han conocido, ni al Padre ni a mí. Les digo esto para que cuando llegue el momento, se acuerden de que yo se lo había dicho ya. No les dije esto desde un principio porque yo estaba con ustedes.

San Juan 15,26-16,4

Ser un testigo y un testigo fiel, puede tener un alto costo, incluso perder la vida, pero mayor es la satisfacción y alegría de poder haber sido útil por una causa como ser testigos de la obra de Jesús en nuestras vidas, y de toda su obra redentora. En tiempos difíciles que atravesamos, no dudemos en mantenernos fieles y confesar cada día ser auténticos y fieles seguidores de Cristo quien dio su vida por ti y por mí por cada uno de nosotros.
No temamos pues Él está con nosotros como lo prometiera: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.” (San Mateo 28,20b)
Oración: Señor que podamos ser testigos fieles hasta el fin de nuestros días sin temor porque sabemos que tú estás con nosotros. Amén.

Norberto Abel Santillán

San Juan 15,26-16,4

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print