Jesús les contestó: “Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no vale nada. Pero el que me glorifica es mi Padre, el mismo que ustedes dicen que es su Dios. Pero ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería yo tan mentiroso como ustedes. Pero ciertamente lo conozco, y hago caso de su palabra. Abraham, el antepasado de ustedes, se alegró porque iba a ver mi día; y lo vio, y se llenó de gozo.”
Los judíos dijeron a Jesús: “Todavía no tienes cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?”
Jesús les contestó: “Les aseguro que yo existo desde antes que existiera Abraham.”
Entonces ellos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.

Juan 8,54-59

Protegerse
Elegir las luchas
Disponer del cuerpo
Servir para otra batalla
Sostener las convicciones
Ser fiel al llamado
Apoyarse en las promesas
Saberse hijos e hijas de Dios
Orar siempre

Cristina La Motte

Juan 8,46-59

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