Hermanos, si realmente creen en Jesús, nuestro Señor, el Cristo glorioso, no hagan diferencias entre personas.

Santiago 2,1

Querido Santiago, me estás complicando la vida.

Necesito que conversemos un poco para ver si coincidimos en algunos puntos.

Vos tenés en mente a un grupo de personas que conocés como la palma de tu mano.

Yo comparto tus palabras con mucha gente. A algunos jamás los he visto, ni ellos a mí.

Ambos coincidimos en que los que nos leen creen en Jesús. Parece que vos hablás a personas que suelen tratar de una manera

a los ricos y de otra a los pobres.

Veo que esto sigue siendo un problema en algunas comunidades. Te cuento, tenemos problemas con miembros que no pagan su contribución o “cuota”, y entonces no tienen derecho a ciertos “servicios pastorales”.

Más que esto me molesta que seguimos contando a los miembros no por su bautismo sino por su contribución.

También nos cuesta tratar por igual a personas que estuvieron encarcelados; a los gays y lesbianas y a muchas otras.

Pero, ¿qué hacemos con las personas que usan la política para enriquecerse; con los torturadores de miles y miles de personas en el mundo entero?

Coincido contigo: no tienen misericordia. No son capaces de entender el sufrimiento de los pobres ni les interesa conocerlo. Simplemente los usan para su beneficio.

¿Y si se arrepienten y cambian de actitud? ¿Habrá que aceptarlos también?

Te propongo incluir a otra gente para profundizar este tema. Te saludo como hermano en Cristo,

Juan Pedro Schaad

Santiago 2,1-13

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