El Señor todopoderoso dice: “A los israelitas que queden los van a buscar y rebuscar, como se rebusca entre las ramas de un viñedo hasta que no queda ninguna uva.” El Señor dice a su pueblo:

“Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos, dónde está el mejor camino; síganlo y encontrarán descanso.” Pero ellos dicen: “No, no queremos seguirlo.”

Jeremías 6,9.16-17

Dios nos has mostrado el camino de la justicia. El auténtico camino que trae consigo la verdadera paz. No es una mera promesa. Muchos y muchas han sido testigos de la fidelidad de Yahvé para con sus hijos e hijas y para con toda la creación. Sólo tenemos que girar nuestra vista al camino recorrido y hacia los senderos recorridos por los que nos precedieron en el viaje y la obra de Dios se manifiesta con todo su esplendor.

Pero nuestra obstinación nos ha apartado de los caminos de Dios y ya no procuramos seguirlos. La dureza de nuestros corazones y nuestra rebeldía nos ha desviado del camino verdadero y esto nos ha traído trágicas consecuencias. Reina la rapiña, la mentira, la injusticia para con el prójimo. Caminos equivocados que nos condujeron a la opresión, al sufrimiento de tantos, a las injusticias a las que millares son sometidos, a la avaricia y a la codicia que degradan a la creación toda.

Ante esto Dios no permanecerá inmóvil, no ocultará su amor por su viña. Dios intervendrá para que podamos dar ese paso que solos no podemos dar. No será por nuestros propios medios que podremos alcanzar la meta, sino que será obra de Dios que renovará nuestros corazones para que podamos encontrarnos nuevamente en la senda de los mejores caminos.

Sergio Utz

Jeremías 6,9-21

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