«La alabanza» fue el tema del campamento juvenil en Paraguay

KATUETÉ / Paraguay | IERPcomunica – Luego de muchos meses de pocas actividades presenciales y envueltos en una inmensa alegría, unos 80 jóvenes de las congregación de Katueté, Mbaracayu, Santa Rosa y Caaguazú del Distrito Paraguay de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) participaron los días 28 y 29 de agosto de un campamento juvenil intercongregacional. La actividad se realizó en la comunidad de Katueté y fue convocada por los locales y la congregación de Caaguazú. El tema estuvo a cargo del estudiante de teología Marcos Espínola y contó con el acompañamiento del pastor Raúl Müller y la pastora Rufina Rapp.

Foto: Leonardo Calderón

La temática fue en la línea que de lo que vienen trabajando en la región «Jóvenes cristianos en movimiento» y se enmarca en la planificación del trabajo juvenil de la IERP y el Distrito Paraguay, en tanto comenzar a desarrollar encuentros intercongregacionales en vistas a la pandemia y la imposibilidad de realizar actividades distritales, que convocarían a una mayor cantidad de participantes. También participaron los representantes del Equipo de Coordinación Juvenil de Paraguay, que aprovecharon el espacio para mantener una reunión y planificar futuras actividades a nivel regional.

Foto: Leonardo Calderón

«Después de tanto tiempo, poder encontrarse con jóvenes de otras congregaciones, fue una experiencia muy enriquecedora para que los grupos vean que no son sólo 20 jóvenes, sino que pertenecen a una iglesia grande, que cuenta con muchas personas, con muchos dones, los cuales se pudieron ver reflejados en el taller que Marcos nos brindó», relató el pastor Raúl Müller. Respecto del tema, el estudiante de teología Marcos Espínola trabajó sobre la manera de utilizar la alabanza en el ámbito personal y luego su aspecto comunitario. En lo que refiere al primer aspecto, propuso trabajar 2 Crónicas 20 donde vieron como el pueblo de Israel utilizó la alabanza en los momentos de dificultad, como la guerra. Otro ejemplo usado fue el de Job, que a pesar de perder todo, siguió confiando en Dios; así como Pablo en la cárcel, luego de pasar por humillaciones y ser azotado, cantaba mientras los demás escuchaban.

Foto: Leonardo Calderón

En lo que respecta a la alabanza en el culto se preguntaron si las que se usan personalmente se podrían llevar a comunitario. Entre otras cosas, percibieron que por más que algunas música hablan de Dios, a veces no sirven mucho a la congregación, ya que no integra a la comunidad, porque sólo habla de uno mismo. «El desafío era poder llevar la alabanza como herramienta personal y de crecimiento de la comunidad, para que cada joven pueda llevarlo como desafío a sus comunidades», analizó Espíndola. También trabajaron la alabanza como señal de gratitud y para dar gracias a Dios por el regalo de la vida. En ese sentido la alabanza es un intento de devolver algo a Dios, por todo lo que Él ya da al ser humano y a la vida.

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