La Comunidad ASE San Fernando inauguró su sede propia

Con profunda alegría y gratitud a Dios, la Comunidad San Fernando de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) celebró la inauguración de su sede propia, algo largamente esperado por la Comunidad de ASE y fruto de años de tareas, compromiso y trabajo comunitario.

 

Más de 140 personas participaron de la jornada festiva, en la que estuvieron presentes el Pastor Presidente de la IERP, Leonardo Schindler, el Secretario General, diácono Ricardo Schlegel, como también representantes de la Regional de Servicios Zonales y Locales de la Provincia de Buenos Aires, además de vecinas, vecinos y miembros de la comunidad.

 

 

Durante la celebración, el pastor local Sabino Ayala expresó su agradecimiento a todas las personas y grupos que hicieron posible este sueño: la Comisión Directiva, el equipo de profesores y catequesis, madres, jóvenes, voluntarias y voluntarios, talleres de cerámica y de cuenta cuentos, la orquesta, así como las familias que acompañan día a día la vida comunitaria. “Gracias a todas y todos por la fiesta de ayer y a seguir construyendo juntos la Comunidad de ASE”, manifestó.

 

El mensaje del culto estuvo a cargo del pastor Ayala, quien predicó a partir de dos pasajes bíblicos que marcaron su vida de fe: 1 Corintios 13 y Hebreos 11,1 «tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos». En su mensaje, recordó cómo el trabajo, la esperanza y el amor han sido pilares en el camino de la comunidad desde sus inicios en 1998, primero en espacios prestados y luego en casas, plazas y la sede alquilada durante 16 años. “Como Abraham, también la comunidad de ASE surge de un llamado y de un sueño. Hoy Dios nos regala esta casa para que sea un lugar de resistencia ante las injusticias, un espacio de encuentro, de arte, de fe y de vida abundante”, afirmó.

 

Remarcó que esta nueva sede no es un punto de llegada sino un punto de partida: “Dios no nos regala esta casa para encerrarnos en ella, sino para salir al encuentro de nuestros prójimos, para procurar con ellos esa vida plena que Él nos ofrece. Esta casa será un lugar abierto, que sepa alojar a los quebrantados, a los rechazados, y un espacio donde niñas y niños puedan descubrir y desarrollar sus capacidades”.

 

 

La Comunidad San Fernando tuvo sus orígenes en 1998, respondiendo a un llamado de la Iglesia Anglicana para trabajar con jóvenes de distintos barrios. Lo que comenzó en el patio de una iglesia con juegos y conversaciones se consolidó al año siguiente en la parroquia de Martínez, donde se organizaron talleres, apoyo escolar y campamentos. Con el tiempo, surgió el anhelo de tener un espacio propio más cercano a los barrios, lo que culminó en 2007 con la decisión tomada «bajo el plátano» de formar una comunidad de fe, inspirados por la fe de Abraham que salió hacia lo desconocido confiando en la promesa divina.

 

En 2008 iniciaron su aventura como comunidad independiente, enfrentando la etapa más desafiante: no tenían sede física. Las actividades se distribuían entre casas de familias para los talleres y la Plaza del Bicentenario para los cultos y reuniones juveniles. Durante este período nómade, la comunidad se sostenía únicamente por la fe, el compromiso de sus miembros fundadores y la colaboración de voluntarios que creyeron en el proyecto, demostrando que lo esencial no era un lugar, sino la gente y su sueño compartido.

 

Un momento crucial llegó en junio de 2009 con el alquiler de una casa en el Acceso, que les proporcionó un hogar estable durante 16 años. La reciente inauguración de la sede propia marca el inicio de una etapa en la que conciben este espacio no como un refugio para aislarse, sino como un centro de resistencia ante las injusticias y de acogida para los excluidos, reaffirmando su misión de ser una comunidad que sale al encuentro del prójimo para construir, desde la fe y la esperanza, «otro lugar posible».

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