La Congregación de Ramírez celebró los aniversarios de Oro y Plata de Confirmación

El pasado 5 de octubre, la Congregación de Ramírez de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) celebró con alegría y gratitud el Aniversario de Oro y Plata de Confirmación. Esta conmemoración, que se realiza cada año, invita a quienes fueron confirmados hace 50 y 25 años a reunirse para celebrar juntos un culto de acción de gracias, compartir la mesa de la comunión y disfrutar luego de un almuerzo festivo con familiares y amigos.

 

En esta ocasión participaron 18 confirmados de Plata (año 2000) y 27 de Oro (año 1975), en una jornada que reunió a diferentes generaciones de la comunidad. Un detalle muy especial de esta edición fue la presencia de padres e hijos celebrando juntos sus respectivos aniversarios de confirmación, una hermosa muestra de cómo la fe se transmite y renueva dentro de las familias y de la comunidad.

 

 

La predicación del culto estuvo a cargo del lector Omar Dalinger, quien predicó sobre el texto de Lucas 17:3b-10, centrando su mensaje en tres pilares fundamentales del discipulado cristiano: el perdón, la fe y el servicio. Durante la celebración, el pastor Delcio Källsten elevó una profunda y emotiva oración por los confirmados, invitando a los presentes a renovar su compromiso con Dios y con el servicio al prójimo. Con palabras de entrega y confianza, oró diciendo:

 

“Señor, a ti te pertenecemos, empléanos para hacer siempre tu voluntad, lo que es bueno y agradable a tus ojos; en el lugar y el tiempo que tú decidas, en los roles que nos permites cumplir y según los dones que nos has dado.
Que podamos vivir con fe y servirte con amor y obediencia en nuestro hogar, la iglesia y la sociedad.
Danos la fuerza para realizar plenamente lo que tú nos pides, llena nuestra mente de tu sabiduría para enfrentar las dificultades y toca nuestros corazones con tu paz y consuelo para sobrellevar todo sufrimiento.
Que nuestra vida esté en tus manos siempre. Que cuanto nos has dado aquí en la tierra, no se pierda y perdure también en el cielo.
Te lo pedimos en el nombre de Cristo tu Hijo, nuestro Señor y Salvador. Amén.”

 

 

Tras el culto, la comunidad compartió un almuerzo preparado por la comisión y el equipo de cocina, que elaboraron un exquisito menú para unas 200 personas, en un clima de gratitud y alegría. El encuentro fue una oportunidad para compartir momentos de diálogo, risa y comunión, recordando que la confirmación no es solo un recuerdo del pasado, sino una oportunidad para renovar el compromiso con Dios y con la vida comunitaria, celebrando la fe que une a generaciones enteras en el amor de Cristo.

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