La Congregación Evangélica de Nueva Helvecia celebró sus 150 años

El domingo 9 de junio, la Congregación Evangélica de Nueva Helvecia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) celebró con gran júbilo sus 150 años de vida como comunidad de fe. En un evento lleno de significado, la congregación recordó y honró sus raíces fundacionales que se remontan a una asamblea de los evangélicos de la Colonia Suiza – Nueva Helvecia en enero de 1874. En aquella reunión, se eligió la primera comisión directiva, se redactaron estatutos provisorios y se comenzó a soñar con la construcción de un templo, el cual fue inaugurado en mayo de 1887.

De izquierda a derecha: Diácono Ricardo Schlegel (Secretario General de la IERP), pastora Mónica Hillmann (pastora local) y pastor Jhonatan Schubert (pastor distrital de Uruguay).

La celebración del culto estuvo a cargo del Secretario General de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), el diácono Ricardo Schlegel; el pastor distrital de Uruguay, Jhonatan Schubert; y la pastora local, Mónica Hillmann. La jornada contó también con la participación de un grupo de mujeres de la comunidad que entonaron dos cantos, con Karen Habringer a cargo de la dirección musical.

El versículo lema de la celebración fue «Dondequiera que vamos, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros» (2 Corintios 4,10). En el altar, una olla de carneada simbolizó los elementos característicos y las iniciativas diacónicas de la Congregación a lo largo de su historia, como la maternidad que se transformó en hogar de ancianos, el Grupo Misionero, el predio de campamentos, el cementerio y la escuela. El pastor Schubert, en su predicación, invitó a la congregación a reflexionar sobre los «sabores» que emergen de esa olla a nivel personal y comunitario. Ricardo Schlegel condujo la Santa Cena, un momento de profunda comunión espiritual.

Un acto simbólico de gran significación fue la plantación de un chal chal, un árbol nativo, donado por el Centro Emmanuel, que representa el crecimiento y la continuidad de la comunidad. Además, una pequeña exposición histórica permitió a los asistentes rememorar y compartir anécdotas, historias y esperanzas relacionadas con la Congregación. La jornada concluyó con un almuerzo compartido en la antigua Capilla-escuela, donde no faltó el canto de cumpleaños feliz, un brindis y la degustación de una torta. Fue un día lleno de reencuentros, de compartir memorias y de renovar la fe, marcando un hito significativo en la vida de la Congregación Evangélica de Nueva Helvecia.

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