En fechas cercanas al aniversario de la Reforma Protestante el 31 de octubre de 1517 se suele ver un símbolo, conocido seguramente por muchos, que es la Rosa de Lutero. Lo vemos también como insignia de algunas iglesias hermanas, en escritos, e inclusive en algunas iglesias.
¿De dónde surge este símbolo tan característico del Luteranismo?
La intención de Martín Lutero era la de tener un sello que identificase sus escritos y cartas y que a la vez sea una expresión visible y simple de entender de su teología. Así es como en 1530 escribió una carta a un amigo suyo con una detallada descripción para que éste le hiciese un boceto. Allí escribe:
“La primera cosa que muestra mi escudo es una cruz negra dentro de un corazón, para que me recuerde que la fe en Cristo crucificado nos salva. ‘Pues con el corazón el hombre cree para salud.’
Ahora bien, aunque la cruz es negra, mortificada y con intención de que cause dolor, no cambia, sin embargo, el color del corazón, no destruye la naturaleza, esto es, no mata, sino que se mantiene vivo.
‘Porque el justo por la fe vivirá’, por la fe en el Salvador.
Pero este corazón aparece fijo sobre el centro de una rosa blanca, para mostrar que la fe produce alegría, consuelo y paz. La rosa es blanca, no roja, porque el blanco es el color ideal de todos los ángeles y espíritus.
Esta rosa, además, está fija sobre un fondo azul celeste para indicar que tal gozo de la fe en el espíritu es sólo señal y principio del gozo celestial por venir, como se tiene y anticipa por la esperanza, aunque no revelado aún. Y alrededor de ese fondo hay un anillo áureo, para indicar que tal bienaventuranza en el cielo no tiene fin. Y es más preciosa que todos los goces y tesoros, ya que el oro es el mejor y más precioso metal.”
Así es como, en el futuro, cuando veamos la Rosa de Lutero, no solamente veremos un símbolo bello desde un punto de vista estético, sino un símbolo que refleja el nudo de nuestra fe, que en su momento Martín Lutero supo redescubrir: la salvación en Jesucristo, por su gracia y su amor sin condiciones.
Pastora Sonia Skupch
Secretaria General de la IERP