Profesión de fe y confesión de Atanasio (obispo de Alejandría).
Escrita en el año 333 de la era cristiana.
– Al que quiere ser salvo, le es necesario ante todo que guarde la fe universal y común.
– Quien no la guarda intacta e íntegramente, sin duda se perderá eternamente.
– La universal, común fe es ésta: que adoramos un Dios en la Trinidad, y la Trinidad en la Unidad;
– Sin mezclar las Personas, o dividir la substancia.
– Porque la Persona del Padre es otra, la del Hijo es otra; la del Espíritu Santo es otra;
– Mas el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo tienen una Deidad, igual honra, e igual eterna gloria.
– Tal como es el Padre, así también es el Hijo, así también es el Espíritu Santo.
– El Padre es increado; el Hijo es increado; el Espíritu Santo es increado;
– Infinito es el Padre, infinito es el Hijo; infinito es el Espíritu Santo;
– El Padre es eterno; el Hijo es eterno; el Espíritu Santo es eterno;
– Sin embargo no son tres eternos, mas es un eterno;
– Como tampoco son tres increados o tres infinitos, mas un increado y un infinito.
– Asimismo el Padre es todopoderoso; el Hijo es todopoderoso, el Espíritu Santo es todopoderoso;
– Y sin embargo no son tres todopoderosos, mas es un todopoderoso.
– Así también el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo Dios;
– Y sin embargo no son tres Dioses, mas es un Dios.
– Así el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo Señor;
– Y sin embargo no son tres Señores, mas es un Señor.
– Porque, así como somos obligados por la verdad cristiana nombrar Dios o Señor a cada Persona por separado,
– Así también nos es prohibido por la fe universal confesar tres Dioses o Señores.
– El Padre no es hecho por nadie, ni creado, ni generado;
– El Hijo es solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino generado;
– El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni generado, sino salido.
– Así que hay un Padre, no tres Padres, un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
– Y en esta Trinidad no hay primero o postrero, ni mayor ni menor;
– Mas todas las tres Personas tienen igual eternidad, y son en sí perfectamente iguales;
– De manera que en todo lugar (como queda dicho) sea honrada la Unidad en la Trinidad, y la Trinidad en la Unidad.
– Pero para la eterna bienaventuranza es necesario que él crea también fielmente la humanización de nuestro Señor Jesucristo.
– Así que la fe ortodoxa es que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y hombre.
– El es Dios, generado antes de todos los tiempos de la aseidad del Padre; y hombre nacido de la substancia de su madre;
– Perfecto Dios, perfecto hombre, teniendo un alma racional y carne humana;
– Igual al Padre según la Deidad, inferior al Padre según la humanidad.
– Quien si bien es Dios y hombre, no obstante no es dos sino un Cristo;
– Él es uno, no por transformación de la Deidad en carne, sino por al adopción de la humanidad en Dios;
– Él es uno, no por mezcla de la substancia, sino por unidad de la Persona.
– Porque como el alma racional y la carne son un hombre, así Dios y hombre es un Cristo.
– Que padeció por nuestra salvación; descendió al infierno, resucitó al tercer día de entre los muertos;
– Ascendió al cielo; está sentado a la diestra de Dios, Padre todopoderoso;
– De donde vendrá para juzgar a los vivos y a los muertos;
– Con cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos;
– Y darán cuenta de sus propias obras.
– Y los que hicieron bien, irán a la vida eterna, mas los que hicieron mal, al fuego eterno.
– Esta es la fe universal, al cual si alguien no la cree fiel y firmemente, el tal no podrá ser salvo.
El Credo Apostólico:
Creo en Dios Padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la virgen María; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.
El Credo Niceno:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra y de todo lo visible e invisible.
Y creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, luz de luz, verdadero Dios de verdadero Dios, engendrado y no hecho, consustancial al Padre, y por quien todas las cosas fueron hechas; el cual, por amor de nosotros y por nuestra salvación, descendió del cielo y, encarnado en la virgen María por el Espíritu Santo, fue hecho hombre; y fue crucificado también por nosotros bajo el poder de Poncio Pilato. Padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras; y ascendió a los cielos, y está sentado a la diestra del Padre; y vendrá otra vez en gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá fin.
Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado, que habló por medio de los profetas.
Y creo en una santa iglesia católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para la remisión de los pecados; y espero la resurrección de los muertos, y la vida del mundo venidero. Amén.