BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – Con una serie de preocupaciones relacionadas al funcionamiento, la visibilización, la situación económica y legal, representantes de hogares de ancianos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) se reunieron entre los días 6 y 7 de junio en la sede de la Oficina Sinodal. El encuentro fue acompañado por la Fundación Hora de Obrar, el brazo diacónico de la IERP, y fue evaluado como un primer paso muy positivo en la articulación necesaria debido a los tiempos que corren. También participó un trabajador social de PAMI, para dar información sobre la residencia de adultos mayores.
Participaron representantes de los hogares San Antonio de Entre Ríos, Frauenvereis de Nueva Helvecia Uruguay, Hogar San Juan de Eldorado, Misiones y Hogar Pohlmann de Allen, Río Negro. Durante el encuentro pudieron expresar que hay una necesidad de ver los nuevos paradigmas en relación a los cuidados y las necesidades de los ancianos y las ancianas. Además, la consciencia de que esto lleva a una transformación del trabajo y un esfuerzo para a rever los proyectos institucionales que cada hogar posee.
«Creo que es muy importantes que se haya activado la mesa de hogares, porque muchos coincidimos en las problemáticas y en las necesidades y aun estando en diferentes regiones, tenemos muchas cosas en común y las podemos trabajar juntos», evaluó Betina Wagner de la Congregación San Antonio, Entre Ríos que además señaló que «sobre todo lo que refiere a proyectos institucionales, misión, valor, objetivos», porque «nos une el espíritu diacónico del servicio a nuestros mayores» «Eso está bueno porque las personas vamos pasando en las comisiones, pero las instituciones quedan y por eso es importante el trabajo en conjunto», finalizó.
Por otro lado, dialogaron mucho sobre la necesidad de pensar estrategias, como el de comunicación para que los trabajos sean visibles a la sociedad, ya que si bien son obras diacónicas, también representan un servicio de bien público que se brinda a la sociedad, que tienen como característica la impronta protestante de acompañamiento espiritual al adulto mayor en la búsqueda de sus espacios de recreación y también brindando una vida digna en su tercera o cuarta edad, ya que hay muchos residentes en los hogares están llegando a los cien años, lo que habla bien del trabajo que se viene realizando.