Quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas ni presten atención a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas llevan solamente a la discusión y no ayudan a conocer el designio de Dios, que se vive en la fe.

1 Timoteo 1,3-4

Pablo inicia su carta a Timoteo con directivas muy claras de cómo debe proceder en el lugar donde se encuentra; hace un fuerte hincapié en que no hay que prestar atención a “cuestiones interminables del pasado”.

¿Cuántas veces nos quedamos “enganchados” en cuestiones interminables del pasado? ¿Cuánto tiempo destinados a “seguir enredados” en temas que llevan a más bronca y altercados? ¿Cuánta energía utilizamos en discusiones que muchas veces terminan en nada?

Bien podríamos ser hoy destinatarios de esta carta porque en más de una oportunidad nos “vamos por las ramas” tras la discusión del momento; siguiendo un tema que muchas veces genera más divisiones que encuentros, más distancias que acercamiento, más “grietas” que equipos, más “polarizaciones” que comunidad. Por seguir “esas cuestiones interminables” muchas veces nos alejamos de lo realmente importante.

¿Y qué es lo importante? Pablo lo dice unas líneas más adelante; que “nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera”.

Oremos porque Dios nos ilumine para conocer más de sus designios y vivir nuestra fe en comunidad y armonía.
Dios entre tus manos, quiero yo habitar, sé que me proteges y allí estás… (Canto y Fe Nº 224)

Susana Carolina Plem

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