Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo y somos suyos; ¡somos pueblo suyo y ovejas de su prado!
Salmo 100,1-3
¡Qué hermosa certeza nos regala el salmista en este día!
El Señor nos hizo y somos suyos, ovejas de su prado.
Recordé a Nasem, un pastor de ovejas palestino. Volví a sentir el cariño con el cual cuidaba a sus ovejas cuando le conocí en el año 2015, mientras fui acompañante ecuménica en Yanoun, Nablus. Siempre estaba mirando con atención si sus ovejas estaban en el campo, todas juntas, si luego en las bateas había agua, y también si en los corrales estaban protegidas. Sobre todo, en este lugar es muy necesario que las ovejas duerman en corrales porque son víctimas de la violencia de los colonos que ocupan esas entrañables tierras tan visitadas y consideradas santas por las tres religiones monoteístas, por ende, también por muchos cristianos.
Creo que sabernos hijas e hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, sabiéndonos ovejas de su prado, amadas y amados como ama y cuida un pastor a sus ovejas; es un regalo de amor inmenso que nos anima y nos sostiene, también en momentos de dificultad y peligro.
Hoy quisiera invitarles a pensar en aquellas imágenes que les significan amor y cuidado en sus vidas; así como para el salmista – por su contexto rural – describió ese amor con la imagen de las ovejas. ¿Qué imágenes amorosas, de creación y de cuidado son significativas hoy en nuestros contextos? Escríbelas o dibújalas para compartir con un niño o niña y a su vez preguntarle ¿con qué imagen puede describir el amor y el cuidado de Dios en su vida?
Paula Fogel