Pero los de la tribu de Benjamín no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos que allí vivían. Por eso, hasta el día de hoy, los jebuseos y los de la tribu de Benjamín siguen viviendo juntos en Jerusalén.

Jueces 1,21

Cuántas veces a lo largo de nuestra vida nos encontramos con gente que no piensa igual a nosotros o no cree lo que nosotros creemos. Me atrevo a decir que muy pocas son las veces en las que coincidimos totalmente con alguien. Y cuando eso no pasa, armamos una barrera invisible con esa persona. Ya sea porque no piensa como yo pienso, o porque no cree lo que yo creo, o por el simple hecho de que lo que esa persona hace yo nunca lo haría.
Los de la tribu de Benjamín no pudieron echar a los jebuseos. ¿No será que era un mensaje de Dios para que aprendieran a vivir juntos? ¿No será que eso es lo que nos falta hoy en día también?
Viendo tanto odio a culturas y religiones diferentes, países en guerra y tanto rechazo en la sociedad, creo que sí: aún debemos aprender a vivir juntos.
Porque lo diferente a nosotros, a nuestra fe, a nuestra cultura no tiene por qué ser visto como una amenaza; sino como una oportunidad de seguir el ejemplo de Jesús, nuestro Salvador, amando a nuestro prójimo como Él nos ama a nosotros.
Que el Señor nos ayude a ser abiertos y nos guíe por el camino de la paz y del amor. Amén.

Alexandra Löblein

Jueces 1,1-3.17-21

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